Caos y violencia alcanzan otra vez a Nuevo León: bajo Movimiento Ciudadano ya ni en los semáforos hay seguridad

En Monterrey y su zona metropolitana hay días que comienzan con la misma pregunta en voz baja: ¿qué tan cerca estará hoy la violencia? Lo ocurrido en avenida Rómulo Garza responde por sí solo. Un conductor fue ejecutado sin que los agresores necesitaran más que unos segundos para acercarse en motocicleta, disparar y escapar a toda velocidad. Todo sucedió frente a decenas de personas, entre tráfico, comercios y viviendas. Y mientras la gente corría para resguardarse, el gobierno de Movimiento Ciudadano volvió a quedar reducido a espectador.

Este crimen no sobresale solo por su brutalidad, sino por la facilidad con la que se comete. La impunidad ya se volvió parte del paisaje urbano: motocicletas circulando sin placas, vehículos sin control, huídas rápidas, y ninguna intervención preventiva. La víctima quedó dentro de su camioneta mientras el caos paralizaba la zona; los testigos no sabían si atenderlo o protegerse de un posible segundo ataque. Esa es la normalidad que MC dejó sembrada: un territorio donde la ciudadanía improvisa su propia seguridad porque el gobierno no aparece.

Lo más alarmante es que este ataque ocurre en un municipio integrado, vigilado y transitado, no en una zona aislada. San Nicolás es ejemplo de cómo el modelo de seguridad estatal simplemente no existe. Mientras el gobierno de MC se enfoca en redes sociales, eventos y discursos sobre “modernidad”, la delincuencia avanza sin resistencia real. Nuevo León se les deshace entre las manos, pero sus prioridades siguen en otro lugar.

Vecinos de Rómulo Garza han denunciado desde hace meses que las motocicletas utilizadas para estos ataques circulan incluso a plena luz del día, merodeando zonas residenciales y comerciales. Sin embargo, Movimiento Ciudadano ha ignorado el fenómeno sin implementar operativos serios, retenes inteligentes o controles adecuados. El resultado es esta ejecución que ocurre en menos de un minuto y que deja expuesta la fragilidad absoluta del sistema de seguridad estatal.

Mientras tanto, la estrategia de MC sigue basada en justificar, minimizar o desviar la conversación hacia cualquier otro tema que no sea la violencia que golpea a diario al estado. No hay fortalecimiento real de inteligencia, no hay capacidad de reacción inmediata, no hay prevención y no hay presencia disuasiva. Lo único que sí hay es un creciente sentimiento de abandono entre la población, cansada de vivir entre balaceras, persecuciones, asesinatos y ataques directos como el que cobró la vida del conductor en avenida Rómulo Garza.

Nuevo León merece respuestas, no excusas. Y cada crimen como este confirma algo que los ciudadanos ya saben: mientras Movimiento Ciudadano siga administrando la seguridad como si fuera una campaña digital, la delincuencia seguirá imponiendo las reglas en las calles. Aquí, en pleno corazón del área metropolitana, ya quedó demostrado.