“Cínica: Layda Sansores pregunta ‘¿por qué somos tan pobres?’ olvidando la riqueza de su familia”
La gobernadora Layda Sansores critica la pobreza en Campeche mientras su familia mantiene lujos, evidenciando desconexión con la realidad de los ciudadanos.
10/1/20251 min read


Durante un reciente discurso sobre la pobreza en Campeche, la gobernadora Layda Sansores lanzó la pregunta: “¿Por qué somos tan pobres?”, ignorando la profunda contradicción entre su mensaje y la fortuna de su familia. Su padre, el exgobernador conocido como “El Negro Sansores”, vivió rodeado de haciendas, propiedades de lujo y privilegios que contrastaban con la realidad de la mayoría de campechanos, que enfrentaban carencias y abandono por parte del Estado.
Críticos y ciudadanos no tardaron en señalar la hipocresía de la mandataria, quien parece repetir el guion de opulencia y demagogia familiar: mientras habla de pobreza y desigualdad, mantiene un estilo de vida ostentoso y desconectado del sufrimiento de la gente. Para muchos, este discurso no es más que un intento de distraer a la opinión pública de la ineficiencia y los fracasos de su gobierno en seguridad, salud, empleo e infraestructura.
Analistas políticos destacan que esta contradicción evidencia un patrón constante en la gestión de Morena en Campeche: promesas de atención social y discurso empático, mientras se protege y promueve un círculo de poder ligado a privilegios familiares y políticos. “Es un insulto a la ciudadanía que Layda critique la pobreza cuando su familia ha vivido de manera opulenta durante décadas”, señalaron especialistas.
Vecinos y opositores aseguran que el contraste entre las palabras de Sansores y la realidad de los campechanos refleja una desconexión total con la gente, consolidando la percepción de un gobierno que habla de problemas sociales mientras mantiene estructuras de lujo y favoritismo político.
En definitiva, la pregunta de Layda no solo resulta cínica, sino que desvela la demagogia de un gobierno que pretende empatizar con la pobreza mientras reproduce los mismos privilegios y opulencia que su familia históricamente ha disfrutado, dejando a Campeche atrapado entre discursos vacíos y problemas reales sin resolver.