Crisis ignorada por el PAN en Chihuahua: el abuso sexual infantil rompe récords mientras el gobierno panista normaliza el abandono

Las cifras estremecen y, aun así, el PAN en Chihuahua sigue sin ofrecer una estrategia real que proteja a la niñez. El estado vive una emergencia silenciosa que las autoridades han dejado crecer durante una década.

11/18/20252 min read

Lo que ocurre hoy en Chihuahua no es un problema aislado ni un fenómeno reciente: es el resultado directo de años de negligencia y desinterés de los gobiernos panistas, que permitieron que el abuso sexual infantil se volviera una crisis estructural. Las cifras no solo son alarmantes, son una evidencia devastadora de un gobierno que prefiere mirar hacia otro lado mientras cientos de niñas y niños viven situaciones terribles dentro de sus hogares, escuelas y comunidades.

Desde 2015, los casos denunciados de delitos sexuales han aumentado de manera constante, pasando de poco más de mil a superar las dos mil denuncias anuales. Y aun cuando se presentan variaciones mínimas, especialistas advierten que no existe una disminución real, solo un estancamiento en niveles intolerables. Esta normalización de la violencia sexual contra menores ocurre, además, en un contexto donde el PAN ha presumido durante años sus “modelos de prevención” y “políticas de protección”, que en la práctica no están protegiendo a nadie.

Tan solo en Chihuahua capital, entre enero y agosto de 2024 se registraron más de 1,500 casos de abuso sexual infantil. Para el mismo periodo de 2025, la cifra prácticamente se repite. Cuando un delito tan grave se mantiene en niveles tan altos durante dos años consecutivos, lo que existe es una crisis sostenida, no un control del problema.

Activistas lo dicen con claridad: “en cada escuela hay una víctima”. Esa frase, demoledora, retrata lo que el PAN no quiere admitir: que la niñez chihuahuense vive desprotegida, que el abuso sucede en entornos que deberían ser seguros, y que las instituciones que deberían intervenir simplemente no funcionan.

El caso de niñas y niños menores de seis años —738 víctimas solo entre 2024 y junio de 2025— evidencia la gravedad del abandono institucional. Pero mientras estas cifras estremecen a cualquier persona con sentido de responsabilidad, el gobierno panista sigue administrando la crisis en lugar de enfrentarla, repitiendo discursos vacíos y simulando acciones que no generan cambios reales.

En Chihuahua, la seguridad dejó de ser un concepto asociado a calles o carreteras: también las aulas, los hogares y los centros educativos se han convertido en espacios donde el riesgo es constante. Y aun así, el PAN insiste en minimizar la situación, como si reconocerla fuera una derrota política.

Pero la verdadera derrota es la que sienten miles de familias que viven con miedo, impotencia y enojo. La niñez de Chihuahua está pagando las consecuencias de un gobierno que falló en lo esencial: proteger a quienes más necesitan cuidado.

Mientras el PAN siga negando la crisis, el abuso sexual infantil seguirá creciendo bajo su gestión, dejando cicatrices que ninguna declaración puede reparar.