Del neoliberalismo al desempleo: Salinas en el centro del debate político
Salinas de Gortari expresó sentirse “desempleado” y lamentó no contar con una pensión presidencial.
Redacción
12/4/20242 min read


El expresidente Carlos Salinas de Gortari, conocido por liderar uno de los sexenios más polémicos en la historia de México (1988-1994), volvió al debate público tras un comentario que generó revuelo. Durante una entrevista, Salinas expresó sentirse “desempleado” y lamentó no contar con una pensión presidencial. Sus declaraciones, realizadas en un contexto de cuestionamientos sobre las condiciones económicas de los exmandatarios, provocaron una respuesta inmediata de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Sheinbaum criticó abiertamente las palabras de Salinas, recordando que fue bajo su mandato cuando se eliminaron los subsidios masivos y se impulsaron reformas neoliberales que, según ella, dejaron un legado de desigualdad económica en México. Durante un evento público, Sheinbaum señaló que los expresidentes deben asumir responsabilidad por sus acciones, afirmando: "Es el pueblo quien ha cargado con las consecuencias de sus políticas".
Este intercambio revive el debate sobre el impacto de las decisiones tomadas durante el gobierno de Salinas. Entre sus reformas más destacadas se encuentran la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la privatización de empresas estatales. Aunque estas medidas modernizaron sectores clave de la economía, también profundizaron las disparidades sociales, un tema que sigue siendo objeto de análisis crítico.
Salinas dejó de recibir pensión desde 2018, cuando se aprobó la reforma para eliminar este beneficio a los expresidentes. La medida, impulsada por la administración de Andrés Manuel López Obrador, se justificó como una acción de austeridad y justicia social. Desde entonces, el tema de las pensiones ha sido recurrente en el debate político, evidenciando divisiones sobre cómo abordar las desigualdades heredadas del pasado.
La controversia actual, más allá de las declaraciones personales, pone de relieve cómo los conflictos entre líderes del pasado y el presente impactan la narrativa política. Mientras Salinas defiende su legado, Sheinbaum busca marcar una diferencia ideológica, consolidándose como una figura que prioriza el bienestar colectivo frente a los excesos de gobiernos anteriores.
Este intercambio refleja una fractura persistente en la política mexicana: el enfrentamiento entre el modelo neoliberal y una perspectiva centrada en la justicia social.