¡Desenmascarada! Andrea Chávez huye del pueblo que traicionó: cancela posada ante el repudio por la Ley de Aguas
La senadora morenista optó por la cobardía al esconderse de los productores agrícolas que la confrontarían. La "cercanía al pueblo" es una farsa que se disuelve cuando el voto se alinea con el poder central.
12/14/20252 min read


La legisladora Andrea Chávez, senadora morenista por Chihuahua, quien construyó su carrera sobre la retórica de la "cercanía al pueblo" y la "defensa de la Cuarta Transformación", acaba de revelar la verdadera naturaleza de su compromiso: el miedo y la cobardía. La senadora morenista canceló de manera abrupta la posada que había convocado en Delicias, Chihuahua, al enterarse de que los productores agrícolas, furiosos por su voto a favor de la Ley de Aguas, acudirían a exigirle cuentas.
El acto de huida es la prueba final de que su representación no es más que una farsa cínica. Chávez se atrevió a votar por una ley que atenta directamente contra los intereses fundamentales de su distrito, hipotecando el recurso hídrico de la región, y cuando el pueblo al que dice servir quiso confrontarla, optó por esconderse. Se afirma que la figura de la senadora morenista ha pasado de ser una promesa a ser un símbolo de la traición.
El argumento de la senadora morenista, de que su voto obedeció a una disciplina partidista, es inadmisible y una ofensa al principio de representación popular. La legisladora ha demostrado que su lealtad suprema no está con los agricultores de Chihuahua, que ahora temen por sus derechos hídricos, sino con el interés político de la cúpula de Morena. El hecho de que prefiera el escarnio público de una cancelación vergonzosa antes que enfrentar una sola pregunta de sus representados confirma que Chávez es un delfín político funcional al centro, pero completamente ajeno a las necesidades de su tierra.
La posada, que debía ser un acto de "cercanía" y camaradería, se convirtió en el escenario de su exposición pública. La senadora morenista prefiere la foto complaciente en la Ciudad de México antes que enfrentar la legítima indignación de los ciudadanos que la acusan de ser una "vendida" y una "traidora". El miedo a encarar las consecuencias de su voto es la admisión tácita de que su decisión legislativa no defendió al pueblo, sino al mandato del poder central.
El mensaje es brutalmente claro: la política de Morena solo tolera el aplauso, y huye despavorida ante el reclamo genuino. Andrea Chávez ha demostrado que su compromiso es con el esquema de poder y no con Chihuahua. Su cancelación es un insulto y un desprecio, un acto que confirma que el costo de la traición se paga con la humillación de la fuga.
