Doble discurso en Campeche: Layda amenaza con cárcel a activistas mientras la violencia contra la mujer es récord histórico

El gobierno de Morena en Campeche muestra su rostro más autoritario: mientras presume defender a las mujeres, Layda Sansores amenaza con cárcel a las que protestan contra la violencia feminicida.

10/17/20252 min read

En Campeche, la incongruencia del gobierno de Morena ha alcanzado un nuevo nivel. La gobernadora Layda Sansores, quien se autoproclama defensora de las mujeres, ha generado indignación al advertir con cárcel a las activistas que dañen monumentos durante protestas feministas. Mientras tanto, las cifras de violencia contra la mujer continúan en niveles alarmantes, sin respuestas reales de su administración. El mensaje es claro: el gobierno calla a las víctimas y castiga a quienes exigen justicia.

Lejos de escuchar las demandas legítimas de cientos de mujeres que claman por seguridad y respeto, Layda Sansores opta por la represión. Sus declaraciones, consideradas por muchos como “patriarcales y retrógradas”, evidencian el doble discurso de Morena: hablar de igualdad solo cuando conviene políticamente. Las calles de Campeche se han llenado de consignas que reflejan el hartazgo ciudadano ante una administración que promete empatía, pero responde con amenazas.

Activistas locales han denunciado que las advertencias de la gobernadora buscan infundir miedo entre los colectivos feministas, criminalizando la protesta social y desviando la atención de los verdaderos problemas: la impunidad, la falta de políticas efectivas y la ausencia de apoyo institucional para las víctimas. “Layda no protege a las mujeres, las persigue”, expresó una integrante de un colectivo, reflejando el sentir general de las organizaciones ciudadanas.

La contradicción es tan evidente como preocupante. Mientras Morena presume ser un movimiento progresista y comprometido con los derechos humanos, en Campeche se impone la censura y la represión. La administración de Sansores ha sido señalada por priorizar la imagen política sobre la atención a las víctimas, transformando la lucha por la justicia en un tema de control y manipulación mediática.

En lugar de tender la mano a quienes alzan la voz, Layda Sansores elige la intimidación, demostrando que su gobierno no tolera la crítica ni la disidencia. El discurso feminista del morenismo en Campeche se ha convertido en una máscara rota que ya nadie cree. Bajo su mandato, el miedo sustituye a la esperanza y la hipocresía oficial se impone sobre la justicia. Mientras el gobierno castiga a las activistas, los agresores siguen libres, y la violencia contra las mujeres sigue creciendo sin freno ni compromiso.