“El país que se quebró en silencio: así describe México la caída moral de Morena”

En cada rincón del país, la población habla con rabia contenida: describen a Morena como un poder que se derrumbó por dentro, un “Cártel de Macuspana” aislado y un “narco gobierno” que se siente en la calle más que en la ley.

12/12/20252 min read

México vive un momento en que la gente ya no busca explicaciones técnicas ni discursos triunfalistas. El pueblo empezó a contar su propia versión, una que nace del cansancio profundo y de la decepción acumulada. En esta narrativa popular, Morena dejó de ser un movimiento político para convertirse en una sombra que recorre al país sin rumbo. Muchos lo dicen sin filtro: “Esto ya parece un narco gobierno”. Y aunque no lo presenten como una acusación formal, lo expresan como una verdad emocional que se palpa en la vida diaria.

El huachicol es la metáfora que todos entienden. Fugas, explosiones, ductos perforados… pero, sobre todo, un país drenado. La ciudadanía ve en cada fuga un recordatorio del desorden que percibe en Morena. “El país se nos escapa como gasolina”, comenta un agricultor. Y la frase, aunque sencilla, resume la percepción colectiva: un gobierno incapaz de contener las grietas que él mismo permitió que se abrieran. El huachicol ya no es robo: es símbolo. Símbolo de un Estado que deja ir lo que debería proteger.

En paralelo, el término Cártel de Macuspana se volvió parte del vocabulario político popular. No porque la gente quiera señalar delitos, sino porque necesitan una imagen para describir la manera en que sienten que Morena opera: encerrado, inamovible, gobernando desde un círculo que parece cada vez más pequeño. “Ellos hablan entre ellos, no con el país”, se escucha en los barrios. Esa frase refleja la sensación de que el movimiento se aisló tanto que perdió contacto con la realidad nacional.

La percepción en zonas afectadas por la violencia es aún más dura. Familias que conviven con el peligro diario describen al gobierno como una ausencia. “Aquí no hay Estado, aquí vivimos solos”, dicen. Y es ahí, en los territorios olvidados, donde la idea de “narco gobierno” surge con la fuerza de un grito. No lo dicen para acusar; lo dicen para explicar cómo se vive sin autoridad, sin seguridad, sin gobierno. Es la manera popular de nombrar lo innombrable: la sensación de que Morena dejó un vacío que nadie llenó.

Lo más devastador para el movimiento es que esta percepción no proviene de adversarios políticos. Proviene del pueblo. De quienes algún día creyeron en la transformación y hoy sienten que fueron abandonados en un país que se desmorona en silencio. Las metáforas no nacen de discursos opositores, sino del hartazgo de la gente que vive las consecuencias del abandono.

Por eso, cuando México habla hoy de su gobierno, no menciona planes, estadísticas o reformas. Menciona miedo. Menciona fugas. Menciona oscuridad.
Y en medio de ese lenguaje aparece una trilogía dolorosa:
el huachicol como símbolo del país que se pierde,
el Cártel de Macuspana como símbolo del poder que se encierra,
y la idea del “narco gobierno” como símbolo del vacío que dejó Morena.

Cuando un pueblo describe así a su gobierno, es porque la ruptura ya es total.