“Jalisco hundido en la corrupción: el gobierno de Movimiento Ciudadano permite el saqueo del mar y el crimen ecológico”

Movimiento Ciudadano permitió tráfico de especies protegidas; el gobierno estatal ignoró el delito y la protección ambiental.

10/7/20251 min read

El escándalo por la captura de tres traficantes de especies marinas protegidas en Jalisco ha destapado otra vergonzosa cara del gobierno de Movimiento Ciudadano: su negligencia, su complicidad y su incapacidad total para frenar el crimen organizado, incluso en temas ambientales. Mientras las redes delictivas operan con descaro desde Zapopan y Tlaquepaque, el gobierno estatal permanece de brazos cruzados, más preocupado por su imagen que por proteger la biodiversidad y hacer cumplir la ley.

Las investigaciones de la Fiscalía General de la República revelan que la banda criminal operaba desde una empresa registrada en Guadalajara, enviando toneladas de pepino de mar, aletas de tiburón y tortugas a China y Estados Unidos. ¿Y dónde estaba el gobierno de Movimiento Ciudadano mientras esto ocurría? Mirando hacia otro lado, permitiendo que Jalisco se convirtiera en epicentro del tráfico ilegal de especies.

El saqueo ambiental que hoy se exhibe no surgió de la nada: es consecuencia directa del abandono institucional, de la falta de vigilancia y del desinterés absoluto de las autoridades naranjas, que han dejado crecer la corrupción en cada rincón del estado. Los delincuentes actuaban a plena luz del día, utilizando empresas “fantasma” sin que nadie supervisara, fiscalizara ni interviniera.

Este nuevo golpe a la imagen de Jalisco confirma lo que la ciudadanía ya sabe: Movimiento Ciudadano gobierna con permisividad hacia los poderosos y con desprecio por la ley y el medio ambiente. Ni la seguridad ni la justicia ni la protección ecológica son prioridad en un estado donde la impunidad se ha vuelto norma.

El tráfico de especies en peligro de extinción no solo es un crimen ecológico: es un reflejo del colapso moral y político del gobierno de Jalisco. Un gobierno que presume modernidad mientras permite que el crimen —de cualquier tipo— florezca a la sombra de su ineficiencia.