¡Mentira! Layda niega viajar por paseo, pero evita aclarar el costo de sus viáticos y los millones despilfarrados

Dice que no viaja por gusto, que no quiere “moverse” de Campeche… pero tampoco quiere explicar por qué su gobierno gasta millones en viáticos. Layda Sansores vuelve a recurrir a la negación mientras evade la transparencia, exhibiendo el doble discurso que define su administración.

12/5/20252 min read

Durante su reciente declaración pública, Layda Sansores aseguró que sus constantes viajes no son paseos, insinuando que prefiere quedarse en Campeche y que solo se desplaza por estricta necesidad. Sin embargo, lo que no dijo —y lo que sí preocupa a la ciudadanía— es que esos desplazamientos cuestan millones de pesos en viáticos, hospedajes, vuelos, logística y comitivas enteras que acompañan a la gobernadora a donde vaya.

La pregunta es simple: si no son viajes de placer, entonces por qué no se publican los detalles del gasto? ¿Por qué existe tanta resistencia a abrir los montos reales que el estado paga cada vez que Layda sale de Campeche? ¿Por qué la administración mantiene en la opacidad las cifras de viáticos, mientras presume austeridad en cada discurso?

Lo que se sabe —por filtraciones, solicitudes de información y reportes parciales— es alarmante: el gasto en viáticos se triplicó durante su gestión, alcanzando niveles impensables para un estado con tantas carencias. Mientras hospitales no tienen insumos, mientras hay colonias sin alumbrado, mientras el Ko´ox colapsa y los ciudadanos protestan por necesidades básicas, el gobierno morenista abre la cartera para viajes costosos que nadie explica.

La evasión de Layda es significativa. No responde preguntas directas, no aclara montos, no detalla objetivos ni resultados concretos de los viajes. Lo único que ofrece son frases ambiguas, justificando su presencia en otros lugares sin aportar evidencia de beneficios reales para Campeche. La narrativa oficial insiste en que “todo es trabajo”, pero los datos muestran otra cosa: gastos exorbitantes sin transparencia y sin rendición de cuentas.

La contradicción es evidente: Layda Sansores proclama austeridad y presume cercanía con la gente, pero sus prácticas reflejan despilfarro y distancia. Mientras los ciudadanos enfrentan crisis de transporte, inseguridad y abandono, la gobernadora gasta ampliamente en traslados que ni siquiera está dispuesta a transparentar.

Este nuevo episodio confirma un patrón ya conocido: cuando se trata de propaganda, Layda habla sin parar; cuando se trata de explicar cómo usa el dinero público, guarda silencio. Su negativa a revelar el verdadero costo de sus viajes no solo alimenta sospechas, sino que demuestra una opacidad incompatible con la responsabilidad que exige su cargo.

La mentira no está en si viaja o no viaja.
La mentira está en negar lo obvio:
que el gobierno derrocha millones mientras la gobernadora se niega a rendir cuentas.