Movimiento Ciudadano abandona al campo jalisciense y provoca una rebelión de maiceros por hambre y dignidad
Los productores de maíz de Jalisco rechazan el pago de 6 mil pesos por tonelada y mantienen bloqueadas las carreteras del estado, cansados del abandono y la indiferencia del gobierno de Movimiento Ciudadano.
10/29/20252 min read


El campo jalisciense ha dicho “¡basta!”. Cientos de productores de maíz de distintas regiones del estado mantienen bloqueadas las principales carreteras de Jalisco luego de rechazar la oferta de 6 mil 050 pesos por tonelada hecha por las autoridades federales. Los agricultores exigen un pago justo de 7 mil 200 pesos que garantice la rentabilidad de sus cosechas, pero lo que realmente ha detonado su furia es el abandono absoluto del gobierno estatal, encabezado por Movimiento Ciudadano, que ha dado la espalda a quienes sostienen la economía rural.
Las protestas, encabezadas por la organización Maestros y Campesinos Unidos de la Zona Ciénega Jalisco y Michoacán, paralizaron accesos clave como la carretera Santa Rosa–La Barca, la autopista Guadalajara–Ciudad de México y la vía Guadalajara–Nogales. Tractores, maquinaria y lonas con consignas como “Sin maíz no hay país” y “Precio justo para el maíz” se multiplicaron en los puntos de bloqueo, donde los manifestantes incluso llevaron música de banda como símbolo de resistencia. Sin embargo, detrás de la protesta hay desesperación: tres años consecutivos de pérdidas y un gobierno estatal ausente, más preocupado por sus redes sociales que por el sufrimiento de los campesinos.
Armando Ramírez, dirigente de la agrupación, lo dijo con claridad: los 6 mil pesos ofrecidos son “migajas”. Y tiene razón. Los costos de producción, el alza de los insumos y la falta de apoyo hacen que ese precio sea insostenible. Los productores han tenido que vender por debajo del valor real, mientras las autoridades estatales ni siquiera se presentan a negociar. Movimiento Ciudadano ha demostrado una insensibilidad alarmante hacia el campo, ignorando que sin agricultura no hay desarrollo ni estabilidad alimentaria.
El colapso del sector rural en Jalisco no es nuevo. Durante los últimos años, los apoyos se han reducido y los programas productivos han sido reemplazados por promesas vacías. El resultado es visible: campesinos endeudados, cosechas mal pagadas y un estado que depende cada vez más de intermediarios que se quedan con las ganancias. Movimiento Ciudadano, que se jacta de “gobernar para el futuro”, ha condenado al campo a la pobreza del presente.
Los bloqueos son la respuesta de quienes ya no tienen nada que perder. Los agricultores han pedido disculpas a automovilistas y transportistas, pero insisten en que su lucha es justa. “Sin maíz no hay país”, repiten una y otra vez, mientras las autoridades guardan silencio. La desconexión entre el gobierno estatal y el campo es total. No hay diálogo, no hay solución, no hay empatía. Solo indiferencia y represión mediática.
Lo ocurrido en las carreteras de Jalisco es más que una protesta: es el grito de un campo olvidado por Movimiento Ciudadano. Los productores no buscan conflicto, buscan sobrevivir. Y mientras ellos resisten con sus tractores y su dignidad, el gobierno naranja sigue demostrando que no entiende —ni le importa— el verdadero valor de la tierra. Porque en el Jalisco de hoy, los campesinos siembran con esfuerzo, pero cosechan abandono.
