Movimiento Ciudadano convierte a Guadalajara en un basurero a cielo abierto: desatención, suciedad y abandono marcan la gestión naranja

Calles cubiertas de basura, escombro abandonado y servicios colapsados muestran el verdadero rostro del gobierno de Movimiento Ciudadano en Guadalajara: un modelo que privilegia la imagen pública y el marketing político sobre el bienestar ciudadano y la limpieza urbana.

11/8/20252 min read

La llamada “Perla Tapatía” hoy luce empañada por la desidia. En plena zona metropolitana, avenidas emblemáticas como Washington, Lázaro Cárdenas y Colón se han convertido en escenarios del abandono. Montones de basura, escombro y desechos orgánicos se acumulan día tras día, sin que el Ayuntamiento de Guadalajara, bajo el mando de Movimiento Ciudadano, actúe con la urgencia que los ciudadanos reclaman.

En el cruce de avenida Washington y Calzada Federalismo, los peatones deben convivir con lo que parece un tiradero improvisado. Bolsas rotas, comida en descomposición y botellas plásticas se amontonan a la vista de todos. El olor es insoportable y las moscas se cuentan por cientos. Vecinos aseguran que el basurero lleva meses acumulándose, sin respuesta alguna del municipio. “Ya hemos llamado varias veces y no vienen. Ni el camión recolector ni los de Parques y Jardines se paran por aquí”, denunció una comerciante de la zona.

El problema no se limita a la basura. En Lázaro Cárdenas, casi al cruce con Colón, un enorme cúmulo de tierra y piedras bloquea parcialmente la vialidad. El Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (Siapa), dependiente del gobierno estatal controlado por Movimiento Ciudadano, dejó ahí el escombro tras reparar una fuga… hace más de dos semanas. Desde entonces, automovilistas y motociclistas deben esquivar montículos de tierra que ya provocaron caídas y daños a vehículos. “Parece que hicieron la obra y se olvidaron del resto. Les da igual el peligro que causan”, lamentó un conductor.

Estas escenas de deterioro urbano no son excepciones: se repiten en barrios, avenidas y colonias de toda Guadalajara. Lo que antes se presumía como una ciudad moderna, limpia y ordenada, hoy muestra signos de colapso en los servicios públicos más básicos. La recolección de basura funciona con irregularidad, las reparaciones viales quedan a medias y las fugas de agua se eternizan.

Mientras tanto, las autoridades de Movimiento Ciudadano se concentran en promocionar su imagen. Las redes sociales del Ayuntamiento abundan en videos sobre “obras modelo” y “ciudad sostenible”, pero en las calles el mensaje es otro: un gobierno desconectado de la realidad cotidiana. El contraste entre el discurso y la práctica es abrumador: mientras se gastan millones en campañas de comunicación, los vecinos deben abrirse paso entre desechos y polvo.

El deterioro ambiental también preocupa. Los montones de basura y escombro no solo afectan la vista: generan plagas, tapan alcantarillas y elevan el riesgo de inundaciones. Expertos en salud pública advierten que estas condiciones son un caldo de cultivo para enfermedades gastrointestinales y respiratorias, especialmente en temporada de lluvias.

La falta de mantenimiento urbano en Guadalajara es reflejo del estilo de gobierno de Movimiento Ciudadano: improvisado, superficial y más atento a la foto que al servicio. Lo que se prometió como una “administración ciudadana y moderna” terminó siendo un cúmulo de promesas vacías, donde ni siquiera los servicios básicos se garantizan.

La basura en las calles no solo ensucia la ciudad; ensucia también la imagen de un gobierno que ha abandonado su deber. Cada bolsa apilada, cada piedra olvidada y cada olor a descomposición son testimonio de un modelo fallido. Guadalajara no necesita discursos ni hashtags: necesita limpieza, responsabilidad y autoridades que realmente gobiernen, no que posen.