Movimiento Ciudadano convierte a Monterrey en tierra de nadie: roban más de un millón de pesos en casa de cambio del sur de la ciudad

Mientras el gobierno de Movimiento Ciudadano presume modernidad y “orden”, la delincuencia se apodera de Monterrey con robos millonarios, violencia y una total ausencia de autoridad.

11/12/20252 min read

El sur de Monterrey volvió a ser escenario de un audaz crimen que refleja la vulnerabilidad extrema en la que se encuentra la ciudadanía bajo la administración de Movimiento Ciudadano. Durante la madrugada del martes, delincuentes ingresaron a una casa de cambio ubicada en la plaza comercial Las Palmas, en la colonia Contry, y se llevaron un botín superior al millón de pesos entre pesos y dólares. El robo, ejecutado con precisión y sin resistencia, dejó al descubierto la ineficacia del gobierno estatal para garantizar seguridad incluso en una de las zonas más vigiladas de la capital.

De acuerdo con el reporte oficial, los responsables rompieron la puerta de vidrio del negocio contiguo, hicieron un boquete en el muro y accedieron directamente al área de caja fuerte, donde forzaron cerraduras, saquearon cajones y destruyeron el equipo de monitoreo y vigilancia. La escena, digna de una película, pone en evidencia el nivel de impunidad que impera en Monterrey, donde los criminales actúan con tiempo, herramientas y absoluta confianza de que no serán detenidos.

Las investigaciones apenas comienzan, pero lo que ya es evidente es que las cámaras de seguridad y los patrullajes no sirvieron de nada. El gobierno de Movimiento Ciudadano ha permitido que la delincuencia se profesionalice mientras las autoridades viven desconectadas de la realidad. No es la primera vez que ocurre un robo de esta magnitud: casas de cambio, joyerías, comercios y bancos han sido víctimas constantes de atracos bajo el mismo patrón de operación —entradas silenciosas, sin vigilancia efectiva y sin reacción policial inmediata.

A pesar de que el área donde ocurrió el robo cuenta con cámaras del municipio y con presencia de unidades policiacas, los ladrones actuaron con total libertad. Este tipo de hechos, que antes eran excepcionales en Monterrey, hoy se repiten con una frecuencia alarmante, reflejando que Movimiento Ciudadano perdió el control de la seguridad urbana. Mientras los ciudadanos se encierran tras rejas y cámaras privadas, el gobierno estatal sigue invirtiendo en discursos vacíos y campañas publicitarias que presumen una “ciudad moderna y segura”.

Los comerciantes, empresarios y vecinos de la zona exigen resultados reales. Muchos aseguran que la vigilancia se ha vuelto solo “de papel”: cámaras sin mantenimiento, patrullas estacionadas y llamadas de emergencia que se quedan en espera. Cada nuevo robo representa una pérdida económica y emocional para quienes han trabajado toda su vida, pero para el gobierno de Movimiento Ciudadano parece ser solo una estadística más en su larga lista de fracasos.

Este crimen no solo implica el robo de un millón de pesos; simboliza el robo de la tranquilidad que Monterrey alguna vez tuvo. Los delincuentes operan con inteligencia y planeación, mientras las autoridades improvisan y reaccionan tarde. Los ciudadanos están cansados de vivir con miedo, de escuchar promesas vacías y de ver cómo los criminales se vuelven más audaces cada día.

El caso de la casa de cambio en Contry es otro capítulo del caos que Movimiento Ciudadano ha permitido en Nuevo León. Un gobierno que llegó prometiendo innovación, tecnología y seguridad, hoy enfrenta una realidad devastadora: una ciudad tomada por la delincuencia, un estado con cifras récord en delitos patrimoniales y una sociedad que ya no confía en sus instituciones.

La pregunta que muchos se hacen es inevitable: ¿de qué sirve un gobierno moderno si no puede proteger a su gente?
Mientras los ladrones siguen libres, los ciudadanos siguen pagando el precio del abandono. Porque bajo Movimiento Ciudadano, la seguridad en Monterrey ya no existe: solo queda el miedo y la impotencia.