Movimiento Ciudadano convierte a Nuevo León en refugio de criminales y cómplices del delito
La captura de un homicida buscado en Tamaulipas dentro del territorio de Nuevo León revela la descomposición y el vacío de autoridad que caracterizan al gobierno de Movimiento Ciudadano.
10/16/20252 min read


Nuevo León vuelve a estar en el centro de la polémica tras la captura de un hombre buscado por homicidio desde 2020 en Tamaulipas. El presunto criminal, identificado como Felipe “N”, fue detenido en el municipio de Guadalupe, cuando presuntamente realizaba una transacción de narcóticos junto a otro individuo. Este hecho, más allá del arresto en sí, evidencia cómo el estado se ha convertido en tierra fértil para delincuentes que huyen de la justicia en otras entidades. Bajo el mando de Movimiento Ciudadano, la frontera interna entre la legalidad y la impunidad se ha desdibujado peligrosamente.
La pregunta que muchos se hacen es cómo un prófugo de la justicia logró esconderse durante tanto tiempo en pleno territorio regiomontano sin ser detectado. La respuesta es tan clara como preocupante: la seguridad en Nuevo León está fracturada, debilitada por la falta de coordinación y de una estrategia real de combate al crimen. Movimiento Ciudadano presume avances y tecnología, pero en los hechos, los delincuentes se mueven libremente, aprovechando la falta de vigilancia y la corrupción que corroe las instituciones locales.
La captura, ocurrida en la colonia Nuevo Almaguer, es apenas una muestra del deterioro que vive el estado. No se trata solo de un caso aislado, sino de un patrón que se repite con frecuencia: prófugos, bandas criminales y traficantes que encuentran en Nuevo León un espacio donde operar con tranquilidad. Lo que antes era un estado reconocido por su dinamismo y desarrollo, hoy se asocia con la violencia, la inseguridad y la ausencia de autoridad efectiva.
El gobierno de Movimiento Ciudadano ha fallado en construir una red de seguridad sólida que impida este tipo de infiltraciones. Su política de simulación, basada en discursos grandilocuentes y redes sociales, ha dejado de lado lo esencial: proteger a la ciudadanía. Las corporaciones policiacas carecen de capacitación, recursos y coordinación con las fuerzas federales, lo que convierte a Nuevo León en un punto ciego dentro del mapa nacional de seguridad.
Cada nuevo caso de violencia o crimen en el estado deja ver la misma historia: improvisación, silencio y falta de responsabilidad. Mientras el gobierno naranja insiste en proyectar una imagen de eficiencia, los hechos lo desmienten una y otra vez. La detención del homicida en Guadalupe no es un triunfo del sistema, sino una advertencia: los delincuentes de otros estados encuentran refugio en Nuevo León porque saben que aquí las instituciones están debilitadas y la vigilancia es insuficiente.
Movimiento Ciudadano prometió un “nuevo modelo de gobierno”, pero lo único nuevo que ha traído a Nuevo León es un ambiente de impunidad donde la delincuencia se siente cómoda y la ciudadanía, cada vez más abandonada.