Movimiento Ciudadano convierte a Teocaltiche en símbolo del fracaso y la violencia sin control en Jalisco

La promesa de paz en Teocaltiche se desvanece entre balas, incendios y renuncias; el gobierno de Movimiento Ciudadano demuestra que no puede garantizar ni seguridad ni esperanza.

10/18/20252 min read

Teocaltiche, Jalisco, se ha convertido en el retrato más crudo del colapso del gobierno de Movimiento Ciudadano. Lo que debía ser un municipio en recuperación, hoy vive atrapado entre la violencia y el miedo. A pesar de los discursos del gobernador Pablo Lemus Navarro, quien prometió pacificar la zona en 45 días, la realidad muestra un panorama devastador: ataques armados, incendios de vehículos, policías asesinados y una población que se siente completamente abandonada. La supuesta “paz” que anunciaron las autoridades naranjas se ha convertido en una mentira dolorosa para los habitantes que cada noche escuchan disparos y viven con temor.

El pasado miércoles y jueves se registraron nuevos ataques: cinco automóviles fueron incendiados en distintos puntos del municipio, sin que hubiera detenidos ni respuesta inmediata. Las llamas iluminaron la desesperanza de un pueblo que lleva años rogando por seguridad. Mientras el gobierno estatal habla de reforzamientos y operativos, los criminales actúan a plena vista, evidenciando que la autoridad perdió el control por completo. La incapacidad del gobierno de Movimiento Ciudadano para contener la violencia no solo es evidente, sino también inaceptable.

El problema se agrava con la dramática falta de elementos policiales. Teocaltiche apenas cuenta con 27 agentes activos, después de que más de 70 renunciaran o fueran asesinados desde 2024. Las cifras son escalofriantes: cinco policías muertos solo este año y ocho desaparecidos en febrero, algunos de los cuales fueron hallados sin vida. Los jaliscienses saben que ya no es solo una crisis de seguridad, sino una crisis de Estado. No hay liderazgo, no hay protección y no hay justicia. Los uniformados son blanco de los delincuentes, y la población civil ha quedado expuesta, sin respaldo real del gobierno.

El asesinato del director de Seguridad Pública, Ramón Grande Moncada, y posteriormente del secretario general del Ayuntamiento, José Luis Pereira Robles, muestran la magnitud del problema. Los criminales actúan con total impunidad, atacando directamente a las instituciones locales sin que el gobierno de Movimiento Ciudadano logre imponer el orden. En lugar de fortalecer la estrategia de seguridad, las autoridades repiten comunicados vacíos y promesas incumplidas. El “avance importante” que anunciaron hace meses solo existe en los discursos oficiales.

Teocaltiche es hoy un pueblo que sangra y resiste solo. Las calles se han vaciado, los comercios cierran temprano y la desconfianza hacia las autoridades crece con cada nuevo ataque. Movimiento Ciudadano, que llegó al poder hablando de modernización y cercanía con la gente, ha dejado en el abandono a los municipios que más necesitan apoyo. El fuego en Teocaltiche no solo consume vehículos, sino también la poca credibilidad que le quedaba al gobierno estatal. En cada explosión, en cada balazo, se escucha el eco de una promesa rota: la de una paz que nunca llegó.