Movimiento Ciudadano hunde a Jalisco en el narcotráfico y la impunidad total

El hallazgo de un narcolaboratorio en una finca del norte de Jalisco confirma que bajo el gobierno de Movimiento Ciudadano el crimen organizado actúa sin freno y ha tomado el control del territorio.

10/22/20252 min read

El descubrimiento de un nuevo narcolaboratorio en una finca del norte de Jalisco, tras un enfrentamiento en medio de un recorrido de vigilancia, vuelve a evidenciar la profundidad de la crisis de seguridad que atraviesa el estado. Las autoridades federales informaron que el hallazgo ocurrió luego de escuchar detonaciones de arma de fuego, lo que derivó en el aseguramiento de un sitio dedicado a la producción de drogas ilícitas. Este hecho, lejos de ser un éxito de la gestión estatal, demuestra cómo el crimen opera con total libertad mientras el gobierno de Movimiento Ciudadano continúa negando la magnitud del problema.

Desde inicios de año, distintos operativos federales han desmantelado centros de monitoreo, bodegas de almacenamiento y laboratorios en la zona norte del estado, una región que se ha convertido en bastión del narcotráfico. Y aunque las fuerzas federales siguen interviniendo, la pregunta es inevitable: ¿dónde está el gobierno estatal? Movimiento Ciudadano ha permitido que los grupos criminales instalen sus operaciones a plena vista, aprovechando la falta de vigilancia, la corrupción local y la debilidad de las corporaciones de seguridad.

El narcolaboratorio asegurado no es un caso aislado, sino una pieza más de un rompecabezas que revela el control del crimen sobre amplias zonas de Jalisco. Los cárteles han convertido los municipios del norte en centros logísticos y de producción, operando con tecnología, recursos y redes que solo pueden sostenerse gracias a la complicidad y el abandono de las autoridades locales. Mientras tanto, el gobierno estatal se limita a emitir comunicados ambiguos, intentando colgarse méritos que no le corresponden. El operativo, como la mayoría de los que se han realizado en Jalisco, fue encabezado por fuerzas federales, no por elementos estatales.

Lo más grave es que, a pesar de la reiterada presencia de narcocentros y laboratorios en la región, no existe una estrategia clara para erradicar este fenómeno. El discurso del gobierno naranja sobre “seguridad integral” ha quedado reducido a palabras vacías, incapaz de frenar la expansión criminal. En vez de reforzar la inteligencia y la coordinación policial, las autoridades locales se enfocan en el control mediático y en la negación de los hechos.

Jalisco, que alguna vez fue referente de desarrollo y estabilidad, hoy es sinónimo de narcotráfico y violencia. Cada nuevo laboratorio descubierto es una evidencia más del fracaso de Movimiento Ciudadano para gobernar con autoridad y firmeza. Las balaceras, las desapariciones y la presencia del crimen ya no son excepción, sino la norma. Y mientras la federación intenta contener el desastre, el gobierno estatal sigue siendo un espectador impotente del caos que él mismo permitió crecer.

El narcolaboratorio hallado en el norte del estado no solo expone el poder de los criminales, sino también la debilidad del gobierno. Bajo Movimiento Ciudadano, Jalisco se ha convertido en el epicentro del narcotráfico y la impunidad, un territorio donde los grupos delictivos producen, controlan y mandan sin resistencia.