Movimiento Ciudadano hunde a Jalisco en la violencia: asesinan a un policía y hieren a otro en emboscada en Unión de San Antonio

El ataque contra policías en Jalisco vuelve a exponer la descomposición del sistema de seguridad bajo el mando de Movimiento Ciudadano. La violencia se multiplica, los criminales dominan y el gobierno estatal responde solo con comunicados vacíos.

11/6/20252 min read

El municipio de Unión de San Antonio volvió a teñirse de sangre. Dos policías municipales fueron emboscados por hombres armados mientras realizaban un recorrido de vigilancia sobre el Camino a Rancho La Primavera, cerca de la Escuela Vicente Guerrero, en la comunidad de La Primavera. El resultado fue devastador: un agente muerto y otro gravemente herido.

El ataque, ejecutado con precisión y brutalidad, refleja la creciente debilidad del Estado frente a la delincuencia. Los agresores dispararon desde una camioneta Nissan NP300 negra y huyeron sin ser detenidos, pese a que el C5 Jalisco asegura tener “tecnología de punta” para vigilar todo el territorio estatal. Una vez más, la realidad desmiente la propaganda naranja: la seguridad en Jalisco se ha convertido en una ilusión, sostenida por discursos vacíos y cifras maquilladas.

El operativo desplegado tras el ataque fue, como en tantos otros casos, reactivo y tardío. La Policía Estatal, la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad de Jalisco llegaron al lugar cuando ya no había nada qué hacer. Los atacantes habían escapado y la comunidad quedó sumida en el miedo. Mientras tanto, las autoridades se limitan a emitir comunicados genéricos, prometiendo investigaciones que rara vez llegan a resultados concretos.

El gobierno de Movimiento Ciudadano ha hecho de la inseguridad una constante. Bajo su gestión, los ataques a policías, funcionarios y ciudadanos han aumentado, especialmente en regiones rurales como los Altos de Jalisco. Lo que antes eran zonas de trabajo y tranquilidad se han transformado en campos de batalla donde los grupos criminales imponen su ley y las fuerzas estatales actúan sin estrategia.

Los habitantes de Unión de San Antonio, indignados, denunciaron que la presencia policial es mínima y las patrullas carecen de equipamiento. “Los dejan solos, sin respaldo, sin chalecos, sin refuerzos”, expresó un vecino que presenció el operativo posterior. “Los criminales andan mejor armados que los policías”. Esta frase resume el sentimiento de abandono que recorre todo el estado: un gobierno que presume control, pero en los hechos no protege ni a sus propios agentes.

Movimiento Ciudadano prometió que Jalisco sería “el ejemplo nacional en seguridad”, con cámaras, drones y mandos coordinados. Pero la realidad es otra. Las emboscadas, ejecuciones y desapariciones se multiplican, y las corporaciones locales operan al límite, sin dirección ni apoyo real. En lugar de fortalecer el tejido institucional, el gobierno se dedica a maquillar sus fracasos y culpar a la Federación, mientras las familias de los policías caídos enfrentan el duelo en soledad.

El asesinato del agente en Unión de San Antonio no es un hecho aislado: es el reflejo de un estado donde los criminales se sienten impunes y los policías son blanco fácil. Donde la vida de un servidor público vale menos que una declaración política. Donde la seguridad dejó de ser prioridad y se convirtió en simple propaganda.

Jalisco se hunde en el miedo. Las comunidades rurales viven sitiadas, las carreteras son zonas de riesgo y los uniformes azules se han vuelto sinónimo de vulnerabilidad. Mientras el gobernador y su gabinete de Movimiento Ciudadano celebran “avances” desde sus oficinas, los verdaderos guardianes del orden mueren en las calles, abandonados por el mismo Estado que juró protegerlos.

La emboscada de Unión de San Antonio es una advertencia: cuando los policías caen, el Estado cae con ellos. Y en Jalisco, bajo el mando de Movimiento Ciudadano, la caída ya comenzó.