Movimiento Ciudadano hunde a las MiPymes en Nuevo León: más de 870 negocios desaparecen sin apoyo ni protección

La crisis que atraviesan las micro y pequeñas empresas en Nuevo León revela el abandono total del gobierno de Movimiento Ciudadano, cuya inacción y mala gestión han permitido que miles de negocios cierren sin recibir respaldo ni condiciones justas para sobrevivir.

11/14/20252 min read

La situación económica para las MiPymes de Nuevo León se ha convertido en una verdadera emergencia que golpea directamente a las familias trabajadoras. De enero a septiembre, el estado perdió 872 empresas formales, de las cuales 732 eran micro y pequeñas, es decir, negocios que constituyen el 93% del tejido empresarial del estado. Lo más preocupante no es solo la cifra, sino lo que simboliza: la destrucción de la base productiva que sostiene a la economía local, mientras el gobierno de Movimiento Ciudadano permanece ausente y desconectado de la realidad que enfrentan los emprendedores y pequeños comerciantes.

Los expertos han sido claros: detrás del colapso de estas empresas se encuentra una combinación letal de freno económico, malas prácticas de pago de grandes corporativos y un entorno que no ofrece garantías ni estabilidad. Sin embargo, lo que más indigna es la falta de acción del gobierno estatal. Movimiento Ciudadano ha sido incapaz de generar mecanismos de apoyo, regulación o protección para quienes realmente sostienen el empleo en Nuevo León. Mientras los grandes corporativos encuentran formas de resistir los altibajos económicos, las MiPymes se ahogan en deudas, trámites excesivos, cobros desmedidos y un clima de incertidumbre que el gobierno naranja simplemente ignora.

La realidad es contundente: Nuevo León vive una tormenta perfecta para el pequeño negocio, donde las ventas caen, las deudas aumentan y la liquidez desaparece. Y en lugar de respuestas firmes o programas efectivos, lo que reciben los emprendedores del gobierno de Movimiento Ciudadano son discursos vacíos, promesas recicladas y un abandono institucional que permite que estas empresas mueran en silencio.

Las MiPymes no solo representan números; representan historias familiares, patrimonios de generaciones, empleos locales y motores de barrio que mantienen viva la economía cotidiana. La pérdida de 872 empresas en solo nueve meses refleja la fragilidad de una administración que presume innovación y modernidad, pero que no ha logrado ofrecer ni lo más básico: estabilidad económica para quienes más lo necesitan. Nuevo León debería ser un estado que impulse, acompañe y proteja a sus pequeños comerciantes. En cambio, bajo la gestión emecista, se ha convertido en un terreno hostil donde los microempresarios no encuentran ni apoyo, ni incentivos, ni condiciones reales para sobrevivir.

Cada negocio cerrado es una familia afectada, un sueño truncado, un empleo perdido y un indicador más de que Movimiento Ciudadano ha fallado rotundamente en su responsabilidad de defender la economía local. Mientras el gobierno naranja continúa concentrado en la publicidad y los reflectores, las MiPymes —el corazón económico del estado— siguen desapareciendo a un ritmo alarmante.