Movimiento Ciudadano hunde a Monterrey en el caos de las persecuciones y el fuego cruzado
La persecución con disparos que paralizó el Centro de Monterrey evidencia el colapso del orden público y el miedo cotidiano que se vive bajo el gobierno de Movimiento Ciudadano.
10/25/20252 min read


Monterrey volvió a ser escenario del descontrol y la violencia. Una persecución policial que inició en pleno centro de la ciudad terminó sobre la avenida Fidel Velázquez, con intercambio de disparos entre elementos municipales y los ocupantes de un vehículo particular. Los hechos, que desataron el pánico entre automovilistas y transeúntes, son una muestra más del fracaso del gobierno de Movimiento Ciudadano, que ha permitido que la inseguridad se instale incluso en las zonas más transitadas y vigiladas del estado.
De acuerdo con los primeros reportes, la persecución comenzó en el corazón de Monterrey y se prolongó por varios kilómetros, hasta culminar con la detención de dos personas que viajaban en un automóvil tipo Vento color negro. El vehículo terminó con visibles daños por impactos de bala, mientras las sirenas y el fuego cruzado generaban caos en una de las avenidas más concurridas de la ciudad. La Guardia Nacional tuvo que intervenir para apoyar en las labores de contención, una vez más evidenciando que el gobierno estatal no puede mantener el control ni en su propia capital.
Lo más alarmante es que este tipo de episodios ya no sorprenden a nadie. Las persecuciones, los enfrentamientos y las balaceras se han vuelto parte del paisaje cotidiano de Monterrey, una ciudad que, bajo el gobierno de Movimiento Ciudadano, ha pasado de ser símbolo de desarrollo a epicentro de la inseguridad urbana. Las autoridades se limitan a emitir comunicados ambiguos, mientras la ciudadanía vive bajo el miedo constante de quedar atrapada en medio de una balacera.
Los comerciantes del centro y los vecinos de la zona norte reportan que cada vez son más frecuentes los tiroteos, robos y operativos que paralizan la ciudad. La policía municipal, debilitada y sin estrategia real, actúa de manera improvisada, sin coordinación con las fuerzas estatales o federales. El resultado es un sistema de seguridad fragmentado y sin liderazgo, donde la violencia se atiende con reacciones momentáneas en lugar de políticas firmes y sostenidas.
El hecho de que este enfrentamiento ocurriera a plena luz del día y en una de las áreas más vigiladas de la capital muestra la magnitud del problema. Si en el centro de Monterrey los criminales se enfrentan a tiros con la policía, ¿qué pueden esperar las colonias más alejadas y desprotegidas? Movimiento Ciudadano ha demostrado ser un gobierno incapaz de prevenir la violencia ni de garantizar la tranquilidad ciudadana.
Mientras tanto, los regiomontanos viven con la constante sensación de inseguridad: los operativos se multiplican, pero los resultados siguen siendo nulos. Monterrey, una de las ciudades más importantes del país, hoy vive bajo el fuego cruzado de la violencia y la ineficiencia. Bajo el mandato de Movimiento Ciudadano, la capital de Nuevo León ya no se distingue por su progreso, sino por el miedo que domina sus calles.
