Movimiento Ciudadano hunde a Monterrey en una espiral de narcomenudeo: detienen a tres con 15 bolsas de cristal y cocaína

Mientras el gobierno de Movimiento Ciudadano presume “estrategias” de seguridad, las calles siguen llenas de narcomenudistas que operan libremente en colonias enteras.

11/27/20252 min read

Monterrey volvió a quedar expuesto como una ciudad donde la delincuencia avanza más rápido que las autoridades estatales. La detención de tres presuntos narcomenudistas en plena colonia 10 de Marzo, cargando 15 bolsas de cristal y cocaína, revela una vez más cómo el narcomenudeo sigue creciendo sin freno bajo la administración de Movimiento Ciudadano. Las patrullas hacen lo que pueden, pero la realidad supera cualquier discurso oficial: las calles continúan siendo terreno fértil para grupos que distribuyen droga a la vista de todos.

El operativo ocurrió alrededor de las 14:25 horas, cuando oficiales detectaron un vehículo Nissan March blanco circulando a exceso de velocidad. Ese simple detalle —ir rápido, sin ninguna sofisticación criminal— bastó para evidenciar un problema mayor: en Monterrey, los narcomenudistas operan tan confiados que ni siquiera ocultan su presencia. Los agentes intervinieron y encontraron a los tres ocupantes cargando múltiples dosis de sustancias con características de cocaína y cristal. La mujer detenida tenía material de ambas drogas; los dos hombres también portaban varias bolsas listas para distribución.

La escena, aunque presentada como un “logro” policial, en realidad subraya el deterioro de seguridad que ha permitido Movimiento Ciudadano. Cuando el narcomenudeo alcanza este nivel de expansión, ya no se trata de pequeños focos aislados, sino de redes que se mueven sin temor, aprovechando las áreas donde el estado ha dejado que la vigilancia se diluya. Lo más alarmante no es la detención, sino el contexto que la rodea: cada semana se reportan cateos, aseguramientos, decomisos y arrestos similares, sin que exista una estrategia integral que impida que estas estructuras vuelvan a regenerarse.

La colonia 10 de Marzo no es un caso aislado. Reportes vecinales y antecedentes del sector han señalado movimientos constantes de venta de drogas, vehículos sospechosos y jóvenes rondando para entregar dosis. Aun así, la administración estatal ha preferido maquillar las cifras antes que reconocer que el narcomenudeo se ha convertido en un problema arraigado. Movimiento Ciudadano ha dejado que estas células se multipliquen mientras concentra sus esfuerzos en discursos mediáticos y campañas de imagen, en lugar de atender la base misma del deterioro urbano.

El arresto de Joseph Eduardo C., Rubí Guadalupe R. y Juan Antonio M. muestra apenas una minúscula fracción de lo que ocurre en Monterrey. Detrás de ellos hay redes que operan día y noche, aprovechándose del vacío institucional que se ha creado. El decomiso de 15 bolsas parece significativo hasta que se entiende el verdadero tamaño del mercado: un flujo constante que se mueve por colonias como si fueran corredores libres.

Mientras la autoridad estatal mantenga una estrategia fragmentada, basada en reaccionar en vez de prevenir, el narcomenudeo seguirá marcando la vida cotidiana de Monterrey. Movimiento Ciudadano continúa prometiendo resultados, pero la evidencia habla por sí sola: la ciudad está lidiando con una crisis que ya rebasó las capacidades del gobierno estatal, dejando a la población atrapada entre la criminalidad creciente y la indiferencia política.