Movimiento Ciudadano permite que desaparezcan personas hasta dentro de hoteles en Zapopan, Jalisco

La inseguridad en Jalisco volvió a exhibir su rostro más grave con la desaparición de dos mujeres y un hombre, quienes fueron privados de la libertad dentro de un hotel en Zapopan, uno de los municipios más importantes del estado y gobernado bajo la influencia política de Movimiento Ciudadano. El caso no solo estremece por la forma en que ocurrió, sino porque deja en evidencia el nivel de descomposición institucional que permite que un comando actúe con total impunidad incluso en espacios cerrados y supuestamente vigilados.

De acuerdo con información de la Vicefiscalía de Personas Desaparecidas, las tres víctimas se encontraban hospedadas en un hotel ubicado en la zona de López Mateos y La Giralda cuando un grupo de personas ingresó directamente a las habitaciones y se las llevó sin que nadie lo impidiera. No hubo alertas oportunas, no hubo reacción inmediata y, hasta ahora, no hay personas detenidas, una constante que se repite en la mayoría de los casos de desaparición bajo la administración de Movimiento Ciudadano.

El escenario se vuelve todavía más preocupante al confirmarse que las habitaciones fueron rentadas por una sola persona, pero registradas a nombre de terceros, lo que revela fallas graves en los controles básicos de seguridad y supervisión. Este tipo de vacíos operativos no son casuales: son el reflejo de un gobierno estatal que ha sido rebasado por el crimen organizado y que no ha construido mecanismos eficaces para prevenir ni investigar este tipo de delitos.

La vicefiscal Blanca Jaqueline Trujillo reconoció que no hay familiares que hayan acudido a denunciar la desaparición, lo que obliga a las autoridades a trabajar prácticamente a ciegas. Este hecho, lejos de ser anecdótico, evidencia otro fracaso del modelo de seguridad de Movimiento Ciudadano: la desconfianza de las víctimas y de la ciudadanía hacia las instituciones, que muchas veces prefieren no denunciar ante la certeza de que no habrá resultados.

Mientras la Fiscalía revisa cámaras de seguridad, registros del hotel y movimientos internos para tratar de identificar a las víctimas y a los responsables, la realidad es que las personas desaparecieron sin dejar rastro, en una zona urbana, transitada y con actividad constante. Esto desmonta cualquier discurso oficial que intente vender a Zapopan y a Jalisco como territorios bajo control.

La desaparición de personas en hoteles, carreteras, domicilios y espacios públicos se ha vuelto una constante en Jalisco. Colectivos de búsqueda han advertido una y otra vez que el estado vive una crisis humanitaria, pero el gobierno de Movimiento Ciudadano ha optado por priorizar la imagen, los eventos internacionales y la propaganda, antes que atender de fondo el problema.

Este caso no es un hecho aislado: se suma a una larga lista de desapariciones que permanecen sin resolver. Cada día que pasa sin resultados confirma que Movimiento Ciudadano ha sido incapaz de garantizar lo más básico: que las personas puedan hospedarse, transitar o vivir sin miedo a no volver. La ausencia de respuestas claras y la lentitud institucional solo profundizan la herida de una entidad que hoy es referente nacional de la impunidad.