Otro descontrol del PAN: bloqueos regresan en Chihuahua y hasta los cruces internacionales colapsan por falta de gobierno

El vaivén de decisiones, la falta de acuerdos y la incapacidad del gobierno panista para sostener un diálogo estable provocaron que los agricultores retomaran los cierres, desatando nuevamente el caos comercial en la frontera.

11/28/20252 min read

Lo que debía ser una señal de distensión se convirtió en la muestra más clara del desorden institucional que vive Chihuahua bajo un gobierno panista rebasado por la realidad. En menos de una hora, los productores anunciaron la apertura parcial de los cruces internacionales… para después retractarse y reinstalar los bloqueos. ¿La razón? El Gobierno Federal rompió el diálogo, pero el estado —como ya es costumbre— tampoco hizo nada para sostenerlo, contener la crisis o asegurar canales claros de negociación.

La falta de rumbo del PAN se siente en cada punto de la frontera. La apertura temporal de los cruces de Palomas, Guadalupe–Tornillo, y Jerónimo–Santa Teresa apenas alcanzó para que unos cuantos transportistas avanzaran antes de que todo volviera a cerrarse. Mientras tanto, Zaragoza–Ysleta y Córdova–De las Américas permanecen colapsados, convertidos en un embudo que paraliza rutas comerciales vitales. La economía regional paga el costo de un gobierno incapaz de mantener una mesa de diálogo funcional.

Los agricultores, cansados de promesas rotas y de autoridades que no dan la cara, decidieron retomar el plantón. Desde el campamento instalado desde el lunes, la frustración es evidente: cada quiebre en la comunicación significa horas más de bloqueo, toneladas de mercancía detenida y millones perdidos. Y es precisamente esa fragilidad en la negociación lo que exhibe a un gobierno estatal sin liderazgo, atrapado en su propio vacío político.

Mientras los productores denuncian que el Gobierno Federal volvió a cerrar la puerta, en Chihuahua no existe una estrategia clara que permita amortiguar el impacto. La administración panista ha dejado a la frontera a la deriva: sin coordinación, sin alternativas viales, sin presencia efectiva que genere confianza o estabilidad. Los bloqueos continúan porque no hay un gobierno capaz de manejarlos.

La consecuencia es un estado donde los conflictos crecen sin contención, donde los cruces se cierran y abren al capricho de la improvisación, y donde la ciudadanía y el sector productivo quedan atrapados entre la indiferencia federal y la inoperancia panista. En pocas palabras: Chihuahua vive la factura del desgobierno, y cada tractor detenido en la línea fronteriza lo confirma.