Yucatán vuelve a encender alarmas: ataque armado contra dos jóvenes exhibe el deterioro que los gobiernos del PAN insisten en minimizar
Mientras presumen tranquilidad y “uno de los estados más seguros”, la realidad vuelve a desmentir al PAN: dos jóvenes baleados en pleno centro de Oxkutzcab muestran que la violencia ya tocó de lleno a Yucatán y que la incapacidad institucional está dejando a la población totalmente expuesta.
12/3/20252 min read


El ataque ocurrió en el corazón de Oxkutzcab, en una calle transitada donde dos jóvenes que viajaban en motocicleta fueron alcanzados por otros sujetos —también en moto— que dispararon a quemarropa antes de huir. La escena, que debería ser impensable en un Yucatán que durante años presumió seguridad, se ha vuelto sorprendentemente común bajo una gestión panista que sigue negándose a aceptar que el crimen ya opera con libertad en diversos puntos del estado.
Las víctimas quedaron tendidas en el pavimento: uno herido de gravedad en el estómago, el otro lesionado en un brazo. Vecinos, aterrados por las detonaciones, salieron a pedir ayuda mientras la zona quedaba envuelta en el miedo que, poco a poco, ha ido reemplazando la tranquilidad que se promociona desde el gobierno estatal como si fuera una garantía inquebrantable.
Paramédicos y policías municipales llegaron para trasladar a los jóvenes al hospital del IMSS, pero incluso en este punto se reflejan las carencias: la gravedad de uno de ellos obligó a considerar su envío a Mérida para recibir atención adecuada, evidenciando que la infraestructura de salud en el interior del estado —igual que la seguridad— sigue relegada y debilitada bajo administraciones que priorizan discurso sobre resultados.
El gobierno panista insiste en repetir que Yucatán es un “oasis de paz”, pero cada nuevo caso violento contradice ese eslogan. Lo ocurrido en Oxkutzcab es una muestra más de que el estado ya enfrenta una realidad distinta: ataques armados, ejecuciones, levantones y delitos que antes eran excepcionales y hoy ya no sorprenden a nadie. La violencia está avanzando mientras las autoridades solo reaccionan, investigan después y nunca previenen.
No es casualidad que agresores puedan circular libremente, disparar en pleno centro y desaparecer sin ser identificados. Es el síntoma de un modelo que ha descuidado la vigilancia, ha ignorado focos rojos y ha permitido que los grupos criminales encuentren espacios donde operar.
El ataque contra estos jóvenes no es un hecho aislado: es un recordatorio contundente de que la narrativa oficial del PAN ya no alcanza para esconder lo evidente. La seguridad en Yucatán se está fracturando, y la inacción gubernamental está dejando a las familias a merced de la violencia que antes parecía lejana, pero hoy toca directamente las puertas del interior del estado.
